Sábado 25 de Junio de 2011. A las 6 de la mañana suena el despertador. Hoy es día de trabajo, y hay que levantarse como si fuera cualquier otro día. A esta hora, muchos de mis amigos duermen, mientras otros viajan a Valencia, para apoyar el Orgullo LGTB de esa ciudad, tan necesario en unos tiempos en que España se cubre del Azul Homofobia del Partido Popular, una tonalidad un poco más clara que el Azul Mahón propio de la Falange Franquista. Me anima que las vacaciones están a pocos días, y entonces descansaré de sobra.
Me ducho, me afeito, cojo mi libro para leer en el Metro, y me introduzco en el Metro más cercano. La estación tiene unas pocas personas, también curritos que van a trabajar en sábado, como yo, con algún joven que tiene toda la pinta de estar volviendo a casa después de una noche de juerga.
Llegamos a Casa de Campo, y allí bajamos para cambiar a la Linea 10. Unos, en dirección hacia el norte, otros en dirección hacia el sur. En el andén centrar sobresalen un grupo de 4 o 5 jóvenes que arman bulla, y que no parece que vengan de ninguna fiesta, dados lo despiertos que están. Hay más jóvenes, pero los demás tienen toda la pinta de cansancio propia de haber trasnochado, cosa que no les pasa a éstos. Los miro, pero no les presto atención y sigo con mi lectura.
Llega el Metro, y nos introducimos en los vagones, nos sentamos, y algunos volvemos a leer, otros se acomodan para echar un sueñecito hasta el trabajo o la casa, otros mas oyen música....de pronto, antes de llegar a Batán, el metro se para de improviso. Los jóvenes que armaban bulla en el andén saltan, de improviso, a la vía del tren ante la sorpresa de todos nosotros, y empiezan a pintar el lateral izquierdo del tren en el sentido de la marcha. Una peste horrible a pintura inunda todo el vagón, y muchos de nosotros nos sentimos molestos por el incordio que supone que vas a llegar tarde hoy al trabajo por la idiotez de unos niñatos gilipollas que aún les están saliendo los pelos en los cojones.
Ya que ellos pintan y pintan, eso si, a toda velocidad, pues aprovecho para hacerles unas fotos a los "artistas" del grafitti urbano. Al ver que les hacía fotos, se ponen pasamontañas y me amenazan con violencia. Es cosa sabida que estos "artistas" de vía estrecha reclaman su derecho y su libertad a ensuciar cualquier pared que encuentren, pero no les gusta nada que los demás les hagan fotos a ellos, porque viola su intimidad personal y su derecho a su propia imagen.
Como me suda los cojones lo que estos artistas de la guarrería hagan o dejen de hacer, subo la foto de estos "artistas", con la confianza de que les ayude a pasar a la inmortalidad.
1 comentario:
El de la primera foto sale con cara de susto!
Juanpe
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